lunes, 14 de abril de 2014

De vuelta por París (1ª parte)




De nuevo frente a mi portátil, y convertido casi en costumbre, inicio con muchas ganas el ritual de contaros, y contar a mi yo del futuro, una nueva aventura de viaje. Mi destino en estos días es la gran París.

Si de algo me puedo sentir afortunado, además de poder permitirme otra salida, es que esta experiencia es compartida. Nos hemos juntado un grupo joven y muy activo como podéis ver.

De izquierda a derecha: Manuel ("el negociador", capaz de conseguir cervezas baratas
de los vendedores ambulantes y "water table") y su mujer Esther (conocida por su
gusto por las pizzas exóticas), María (mi Compañera en todo y la experta de la ciudad),
Faty ("the walking on fire", incansable pateando la ciudad) y
su marido y colegón Jesús ("el trilingue sorpresa", sn fronteras en esto de los idiomas)

Tras un vuelo algo “movidito” y algo más de dos horas, aterrizamos en el principal aeropuerto de la capital francesa (Orly). Para el traslado, y debido a la ubicación de nuestro hotel, elegimos un autobús directo que en 30 minutos  nos dejó en lo que ahora mismo denominamos ya con toda familiaridad como “el barrio” (Montparnasse). Este primer día (sábado) poco más que salir a cenar y volver al hotel para descansar.

En nuestro primer día completo puedo decir que recorrimos la París de las grandes avenidas, esa de los grandes espacios. Empezamos en el Arco del Triunfo, y sin darnos importancia, nos recorrimos todos los Campos Eliseos, pasamos por la plaza de la Concordia, Las Tullerias y acabamos en el museo del Louvre. Un paseo largo pero que recomiendo.









Con ese ritmo interesante de “sin prisas pero sin pausas excesivas” cruzamos el Sena y nos dirigimos hacia el otro margen del río (al sur del Museo de Orsay). Pero la búsqueda de un sitio para comer no fue demasiado bien, así que tras una caminata agotadora ya a esas horas (sobre las 15h) decidimos volver a nuestra casa, a nuestro barrio, porque él te lo puede ofrecer todo…a buen precio…con buena gente. Así lo hicimos. Hasta descansamos un rato en nuestra acogedora y bonita habitación de hotel (hotel 9Montparnasse).



Por la tarde el plan fue visita a la zona de Ópera y traslado a los Campos de Marte, zona aledaña a la Torre Eifel, desde donde disfrutar de un buen atardecer a los pies de esta espectacular torre de hierro.










Con el frío en el cuerpo, y algo destrozados volvimos a casa con esa sensación de haber aprovechado bien este primer día.  La cenas después de estos días tan intensos resultan muy graciosas...la flojera hace que se te suelte hasta la risa...

1 comentario :

  1. Estos son mis chicos viajeros Oleeeeeeee! !!!! Y lo dicho nene, peazos de fotos y gran prosa! ! Jajaaaa

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