Día 14: Viaje a Varanasi...y la ceremonia de la puja

Andaba yo preocupado sobre eso de coger un tren a las 23.40 en Khajuraho Railway Station. Menudo ambiente de guiris cuando llegué a la estación. Todos con el mismo rumbo: Varanasi.

En cuanto llego localizo a María y Javi,  y hablamos en el andén un rato antes de montar. Dentro seguimos con un poco de charleta hasta que ya nos quedamos prácticamente nosotros solos hablando y el sueño empieza a llamarnos.

María, Javi y yo en el tren...muuu apañaos !!! ...qué envidia el peazo de viaje que se van a marcar !!

Este viaje es diferente, somos casi todos extranjeros. Mi “camarote” es un poco como el chiste, sabes aquél que están un brasileño, un indio, una japonesa(aunque podría ser china, coreana..es que no habló) un francés y un español, pues esos éramos.

La noche se hizo larga, poco dormir. Sobre las 9.00 empieza la actividad y hablo con el brasileño un buen rato. Se nota la edad ya que los temas son más variados:  política, econcomía, sociedad, religión…se une el francés y luego el indio y en esas, llegamos a nuestro destino. Son las 11.30h.

Me recogen en la propia estación y para el hotel. Por la tarde sólo tengo pensado salir para la puja del ghat Dasaswamedh. Como siempre el hotel quiere facilitarme el transporte pero yo salgo fuera a buscarlo.

Esta vez me resulta imposible, me dicen que hasta allí no pueden ir así que regreso al hotel. Me llevará el que luego resultaría ser el puto 007 de los tuk tuk. Varanasi es de lo más caótico que os podáis imaginar. No sé por cuantos atajos nos metemos, esquiva vacas, perros, cochinos, personas...todo. Parece que estamos rodando una persecución.

Me llamo Bond...James tuk tuk Bond...

En el ghat me doy cuenta que no es el que yo buscaba. En fin, nos sentamos en buen sitio. No hay mucha gente y para ponerme en ambiente me bebo un chai y hago mi ofrenda al Ganges.

Es una vela como en un cuenco lleno de flores

La ceremonia empieza. Lo único que pienso es en abrir bien los ojos e intentar fijarme en todos los detalles que pueda. La sensación que tuve es difícil de explicar: sorpresa, incredulidad, respeto…no sé, pero tampoco me hacía muchas preguntas, simplemente observé.

Mientras está la ceremonia no deja de llegar gente a la orilla...se adentran en el río y hacen su ritual...al fondo se puede ver el humo del ghat crematorio

Tras la ceremonia pasamos por uno de los crematorios y de nuevo lo que piensas es que tus ojos como que no creen lo que están viendo. No se puede hacer fotos, y ni mucho menos las haría. Antes de llegar al hotel mi amigo driver me mete por unas callejuelas donde se fabrican de forma manual y automática pasminas.

De nuevo en el hotel coincido en la cena con una pareja española, muy simpáticos. Nnos contamos nuestras experiencias y quedamos para el día siguiente para ver el amanecer en el Ganges.