Viernes 27 de Diciembre
06.15 Traslado en taxi al aeropuerto de Chaing Mai
08.30 Vuelo de Chaing Mai a Bangkok. Una hora y todo correcto (ves Fati, no pasa nada).
11.30 Cambio de aeropuerto para en él intentar conseguir billetes (traslado en autobús de 1h).
12.30 Nuevamente, recorrido por las compañías aéreas sin éxito. Los ánimos empezaban a decaer.
13.30 Traslado hacia la estación de trenes de la ciudad en skyline (tren aéreo) + metro (1h).
14.30 Búsqueda de los billetes de tren. De nuevo “fuly book”. En la agencia de la estación nos ofrecieron bus + ferry (al segundo intento porque en el primero nos dijeron que no había) a un precio el doble del que sabíamos por otros viajeros que era lo razonable. La atención pésima. Nada de explicaciones sobre la ruta, horarios,…. “Tú como estás desesperado págame y ya”. Decidimos pasar de esta agencia y buscarnos otra en la zona mochilera de Khaosan (calle llena de agencias).
15.30 Traslado a Khaosan Road en tuk tuk (20 minutos).
15.50 Nada más llegar se nos acerca un chico diciéndonos que si lo que queremos es ir a las playas, que le acompañemos. Nos movemos unos metros y se nos acerca un hombre de aspecto decente. Nos comenta que en Khaosan todas las agencias ofrecen el viaje pero que está habiendo muchos robos de mochilas durante el trayecto, que a pocos metros de allí, está la oficina de turismo oficial de la ciudad y que te garantizan que tu equipaje llegará bien. Como habíamos leído algo de eso en algún blog, aceptamos.
16.00 Tuk tuk hasta la supuesta oficina de turismo (10 minutos).
16.10 Compra del billete en lo que no tenía pinta de nada oficial de turismo, sino más bien de una agencia más. El precio de partida desorbitado de nuevo, incluso mayor que el de la agencia de la estación. Se lo comento a la chica y… vaya!!! que me baja el precio hasta el que yo le he indicado que me habían ofrecido anteriormente. Aunque la chica era simpática daba igual lo que le dijeras que todo era “SÍ” (luego en el viaje sería “NO”).
18.00 Recorrido en taxi desde la agencia hacia la parada “oficial” de autobús (15 minutos). Empieza lo bueno…
18.15 Llegamos a la parada. Nos ponen unas pegatinas que entendemos que indican nuestro destino. Allí no hay ni orden ni concierto. De vez en cuando, un trabajador anuncia mediante gritos los diferentes destinos. Damos con nuestro autobús, y nos acomodamos. Por suerte, entramos de los primeros lo cual nos permite a María y a mí sentarnos juntos (en la agencia insistí mucho en tener dos asientos contiguos. La chica aseguró que sí, pero la realidad es que pudimos hacerlo porque cuando subimos el autobús estaba medio vacío). Nuestros compañeros son, mayoritariamente, mochileros que se dirigen a la “Full Moon Party” (fiesta muy famosa en una isla contigua a nuestro destino…imaginaos el panorama…).
18.30 Inicio del viaje en autobús. El espacio es muy justito (para María muy muy muy justito…siente ganas de llorar).
Parada a mitad de camino (30 minutos). Por cierto si no te gusta la velocidad en estos autobuses no te montes. |
Nosotros fuimos en la parte de arriba |
4.45h Llegada a nuestro destino. De nuevo nos marcan con una pegatina y nos invitan a esperar hasta las 8.30h que sale nuestro barco (María siente ganas de llorar segunda parte). Pero en este tipo de viajes da igual si te dicen tres, cinco o diez horas de espera, porque no te queda otra que aguantar (los organizadores ya tienen su dinero y nosotros cero poder de opinión).
Larga espera antes de coger el barco. Yo no dormí nada. María no lo hizo mal. |
Embarco |
Como estaba la plaza ¿?? O mejor dicho…como estaba el barco ¿??...abarrotadísimoo….estar dentro de ese barco fue cómo montarte en una atracción de feria después del botellón de Santiaguito, el cual como sabéis acaba de día…la mezcla de olores bastante curiosa…
Sala del barco en la que fuímos. Arriba había otra algo más pequeña. |
12.00 Llegada a Koh Samui. En este tramo final, el barco parece que tiene prisa. Hemos pasado de “el barco pirata” al “Dragón Kant”. Empiezo a sentir sudores a pesar de los -20 grados que debe haber en la sala debido al aire acondicionado (María me dice “estos capullos han pensado: si estos no palman de mareo que palmen congelados). Mi cara se está poniendo blanca, así que, decido que para sobrevivir sólo me queda llevar a cabo la “técnica momia” (sentado recto sin mover ni las pestañas). Creo que empecé hasta rezar, y ya sabéis que yo no voy los domingos con Miguel a misa. Hasta María, capaz de soportar el aparato que utiliza la NASA para someter a los astronautas a perrerías variadas, siente cierto mareo.
La hora “D” (de desembarco) ha llegado. María y yo nos movemos entre esa delgada línea que separa el mareo de la ilusión. Pensamos que puede ser el final, pero no queremos precipitarnos. De todas formas, yo tengo claro que aquí nos bajamos, sea esto Koh Samui ó Lanzarote. Los gritos de los expertos en amabilidad nos confirman que hemos llegado a nuestro destino (María se siente entusiasmada ).
Conseguir la mochila fue todo un acontecimiento. De repente empieza la “gynkana Koh Samui Fin de Año”. Las mochilas empiezan a salir volando hacia el muelle. María y yo nos miramos y sin hablar sabemos nuestra estrategia. Debemos trabajar en equipo sin queremos volver a ponernos nuestra ropa. Ella se baja a pelearse con los de tierra (técnica “rebusco en el mercadillo y encuentro las mejores gangas”) y yo me quedo en la cubierta del barco para asegurarme que la mochila sale. Después de 10 minutos, y ya con nuestras mochilas, salimos corriendo con lagrimones de felicidad en los ojos.
Son las 12.15 de la mañana y han pasado 30 horas. Esta odisea luego nos daría momentos de carcajadas extremas recordando todo lo vivido.
En lo que quedó de día, nos dio tiempo de disfrutar de la playa y ver el pueblo cercano. El sitio nos ha encantado: el resort antiguo pero muy decente, la playa muy bonita, poca gente, arena buena, agua limpia (no cristalina) y lo mejor, te caes de la cama y estás en la arena. Por si no hubiéramos tenido suficiente en estos días, y creyendo que la civilización estaba más cerca, después de cenar nos marcamos un trekking urbano de dos horas hasta el pueblo. A la hora que llegamos estaba dominado por los perros, entrada no apta sino te llamas Chiki o Angie. El tumbing extremo nos esperaba al día siguiente. Os lo cuento en la próxima entrada.
Vistas desde el restaurante del hotel. Al fondo una de las piscinas y la playa |
Desde la playa del resort. |
Apenas dormí en dos días...y esta es la cara que se me quedó... |
Antes de dormir un rato de relax en la playa |
Guapaaa !!! |